Nadie me puede ayudar

Cuando uno lo está pasando mal por alguna razón afectiva, por nuestros sentimientos o por nuestras ideas, sentimos que sólo nosotros podremos arreglar lo que nos pasa.

Eso suele pasar por una idea muy extendida, que consiste en pensar que tenemos que salir de nuestros problemas solos, sin la ayuda de nadie.

Pero también sabemos que, en ocasiones, “cuatro ojos ven más que dos…”, y que muchas veces les damos tantas vueltas a nuestros problemas que acabamos liándonos aun más.

Conversar de nuestras cosas con alguien de nuestro entorno, suele ir acompañado del sentimiento de que nos quieren convencer para que actuemos de una manera u otra, cosa que no queremos.

La diferencia con un profesional, que no es una persona de nuestra familia ni es un amigo, ayudará a pensar las cosas desde una perspectiva diferente, que no incluya el intento de convencernos de que hagamos tal o cual cosa.

También nos ayudará a poner nuestras ideas en orden, para poder ir pensándolas una a una.

Y por último, a veces es necesario dejarse ayudar un poco, hasta salir de una situación que nos parece sin salida.

Todo esto que digo no siempre es así, pero son argumentos a favor de atreverse a compartir con otra persona las cosas que nos inquietan, en este caso con una persona entrenada para eso.

Si aceptas el uso de cookies, clic en Aceptar. Más información

Los ajustes de cookies están configurados para ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. El uso de cookies en esta web es exclusivamente para seguimiento y estudio estadístico de Google. Si haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar